Debemos valorar al momento de adquirir un calzado, además de los factores externos; la forma física, técnica y experiencia de cada uno de nosotros, siendo estos temas muy importantes.
Pero, en general:
- En senderismo ligero, con poco desnivel, salidas cortas, condiciones buenas, con poco o ningún peso, podremos usar zapatillas, o botas de senderismo si queremos mayor protección. Quien realice paseos por caminos fáciles podrá usar zapatillas de senderismo, quien transite por zonas más complejas, zapatillas de aproximación.
- En malas condiciones de frío o humedad, terreno irregular de montaña, travesías de varios días, mochila con peso, usaremos botas. Hay quien podrá elegir zapatillas de aproximación, si las condiciones lo permiten, y si tiene la experiencia adecuada. Pero en caso de duda, botas.
- Quien no quiera disponer de dos modelos (zapatilla y bota), las botas de media caña son una buena opción. No es de extrañar que cada vez sean más usadas. Aunque en un principio las botas de media caña estaban destinadas principalmente al senderismo (por ejemplo camino fácil, pero peso y jornadas largas una detrás de otra, o para trekking fáciles), en estos momentos también hay muy buenos modelos para el trekking más técnico, en donde ya se suman las membranas y las suelas acordes a ello.
